domingo, julio 09, 2006

Paco Cabasés en Clarín

"Paco", ejemplo de la calidez hacia los "viejos" en el Interior
Clarín, 09/07/2006

El hombre parece de setenta y pico, pero acaba de cumplir 90 y lo festejó a lo grande: con una placa que le descubrieron en "la Boutique", la cancha de Talleres, el club de sus amores.

Francisco Cabasés, "Paco" para todo Barrio Jardín de Córdoba, tiene cinco nietos pero es "el abuelo de todos", un reflejo de la calidez con que se trata a los mayores en el Interior del país, a diferencia de lo que suele ocurrir en los centros urbanos.

Ligado al transporte de carga desde muy chico, "Paco" dividió su vida entre la familia, el trabajo y Talleres, "donde hasta esta edad sigo trabajando, hago desde relaciones públicas, hasta baldear el piso".

Se casó dos veces. De la primera mujer se divorció luego de diez años de matrimonio. "Como a los cinco o seis años, allá por el '45, el amor llegó de nuevo; ahí me casé con María Margarita Peralta, la madre de Elisa, mi única hija".

Cuando Elisa se casó con su primer marido se fue de la casa paterna llena de planes y proyectos. Pero las cosas no salieron del todo bien y la prole volvió a la casa de "Paco", que ya había enviudado.

Belén, de 23; Francisco, de 20; Ignacio, de 17, y Agustín, de 14, son los nietos que comparten con "Paco" el amor por la albiazul. "Soy pirata", dijo Jimena, de sólo 5 años, haciendo gala de su amor por Belgrano, el archirrival de Talleres. La frase sonó como un penal en el minuto 90.

"Todos me quieren en el barrio. Para algunos soy el tío, para otros fui como un padre, para los más chicos ahora soy el abuelo", dice, rodeado de su familia, que no deja de mimarlo por sus 90 años.

Para su cumpleaños, el propio homenajeado se encargó de hacer las compras para el festejo. "Yo estoy lleno de vida, creo en Dios y creo que las buenas acciones siempre vuelven; uno debe dejar a los amigos que nos corrijan, así aprendemos constantemente", explica con la sabiduría que le da la edad.

Francisco Cabasés sabe de fracasos y de varias caídas, sobre todo, cuando su familia se fue a probar suerte a España y la cosa no salió bien.

Pero esta caída y otras tantas que tuvo no lo amilanaron ni le sacaron el optimismo. "La vida es como un tango —afirma con una sonrisa—, las letras de los tangos nos dicen todo".